lunes, 15 de septiembre de 2014

Cuando sea grande...

Pienso que, generalmente, uno sueña en lo que se convertirá cuando "sea grande"...
El tema aquí es que a los 10 soñás con los 20 y a los 20 te diste cuenta que no llegaste y lo postergaste a los 30 y así... "sustantivamente"...

Nadie puede negar que cuando una es niña sueña con esa vida ideal de revista "Caras"... cual Susanita de Quino, deseamos encontrarnos con aquel príncipe azul que nos resuelva la vida...

A los 15 empezás a tener los primeros acercamientos a los "muchachitos" y te das cuenta que son unos salames que no hay manera que puedan resolver nada... ¡NADA! Su mamá les compra los calzoncillos... eso no es un príncipe...

Además, a los 10 habías soñado con tu fiesta de 15... iban a estar los Backstreet Boys... ¡TAMPOCO! Y lo sé porque aquí tengo la obligación de introducir una pequeña anécdota de una ex compañera del colegio, su papá le había prometido sorpresa, ella soñó con "los Backs" y la sorpresa fue "Montecarlo Show"... Otro día podría explayarme específicamente en ese cumpleaños... ¡es la definición de kitsch!

Y así sigue, a los 20 te encontrás con que ni si quiera terminaste 1° año e la universidad, ni si quiera estudiás lo que querías (o sí), te enocntrás sola como un hongo, o en su defecto con el mismo novio que tenías a los 15 y el pobrecito no sabe qué hacer de su vida, si estudiar o trabajar... y su mamá le sigue comprando los calzones...

A los 30 con suerte terminaste la carrera, trabajás de algo que no te gusta, con suerte te fuiste a vivir sola... 

Yo me pregunto

¿Si yo hoy pienso como me quiero ver a los 40, mejor me pego un tiro?

Un tiro no, mucha sangre, después ¿quién limpia? 

Ahorcarme... ¡Horror! ¿Y si me queda la lengua afuera?

Tomar pastillas... ¿y si no me muero un carajo y me terminan lavando el estómago y mi vida sigue igual... o peor?

En fin, la conclusión es: ¡laisse faire, lascia stare, let it be!

¡Y QUE SEA LO QUE SEA!

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